martes, 23 de agosto de 2011

El hueco en el que anido




Y, como la tierra generosa abraza la raíz
de un frutal encendido, yo te abrazo a tí.


Y abrazo tu ropa, no sé, tus maletas,
tu rostro, tus dudas, tus pies, su huella,
tus manos y hasta tus zapatos,
tu pena, mi castigo,
la curva de tu espalda,



.

domingo, 21 de agosto de 2011

A través de la música


Hace algún tiempo, como todos los años, tenía unas horas a la semana en las que disfrutaba tocando una obra con unos pocos compañeros. Primero fue Schumann y unos meses más tarde Beethoven con una agrupación más reducida de la que tuve suerte formar parte. Hasta el momento no me había percatado realmente de quién tocaba aquel instrumento que en Schumann, por mi papel que desempeñaba en el quinteto, no podía ver, aunque sí escuchar. Por el comienzo de aquel segundo movimiento siempre me pareció una persona con una manera de tocar diferente, dedicando el cuidado que requería cada nota.

Más tarde llegó Beethoven, esta vez un trío de violín, cello y piano. Al ser una agrupación más pequeña, los tres, para comunicarnos, podíamos mirarnos sin problema. De ensayo en ensayo fui escuchándole y observándole cada vez más, ví como la naturalidad y la expresividad que escuché anteriormente de espaldas, en Beethoven seguía intacta. Cuando acabábamos los ensayos, guardábamos nuestros instrumentos y él, seguía sentado al piano, algunas veces para improvisar, le encantaba divertirse de esa manera; y otras para tocar al compositor que más admiraba: J.S. Bach (ahora entendía el nombre por el que se le conocía en internet). La obra me sorprendió oírla al piano. La Ciaccona, obra maestra donde las haya, también yo la estudiaba ese año y me estaba entusiasmando tanto como a él.

Nunca había visto a nadie tocar a Bach de esa manera, con tanto carácter en ese primer acorde y con tanta dulzura en esos acordes mayores que hacen ver la luz. Sólo con tocar estaba demostrando cómo era él.

Me había sorprendido muchísimo y hoy por hoy sigue haciéndolo. Cuando se sienta al piano sigue transmitiendo esa delicadeza que no todos tienen. Hace verdadera música, mucha gente lo piensa, pero sin embargo, es triste que a veces sea él mismo quien no sea consciente de todo lo que puede llegar a conseguir a través de la música.




Los demás ya creemos en tí... ¿Y tú? ¿A qué esperas para hacerlo?





.